Origen de la Biblia

1. A este conjunto de libros, además de Biblia, lo llamamos también: la Escritura, las Escrituras o la Sagrada Escritura. Con estos nombres damos a entender que es la Palabra de Dios puesta por escrito. Por tanto, con un carácter "sagrado e intocable".

2. - De cuántos libros está compuesta la Biblia
Judíos, católicos y protestantes no estamos de acuerdo en el número. Desde siempre, tanto entre los judíos como entre los primeros cristianos, los libros que se suponían revelados por Dios eran muy venerados por los fieles.
      Circulaban muchos libros, presuntamente revelados. Ni todos se podían leer, por su gran número, ni todos contenían doctrinas seguras, más bien lo contrario. El único camino posible era intentar poner orden en aquella abundancia de escritos. Se estudiaría detenidamente cuáles debían ser considerados como revelados por Dios y los demás se quitarían de en medio, por no destruirlos.
     
Estos libros retirados se llamaron Apócrifos, palabra griega que significa "retirados, escondidos". Hoy ya están al alcance de todos, se venden en las librerías, por ejemplo, el Evangelio de Santo Tomás, el Evangelio de San Pedro, entre otros. Estuvieron muchos siglos retirados de la circulación. También se retiraban si se estropeaban por el uso. No olvidemos que el material de que estaba hecho (el papiro, sobre todo) era muy flojo y se estropeaba pronto, por mucho cuidado que tuvieran con él. Como eran Palabra de Dios, no los tiraban, sino que los retiraban, guardándolos en una alacena o estantería, llamada guenizá. Tantos unos como otros se convertían en apócrifos, retirados del uso. Lógicamente, cuando se acercaba el enemigo, tapiaban la alacena para salvar los libros apócrifos. Pudo ser éste el motivo de que apareciera el Deuteronomio allí escondido, como te explicaré más adelante.
     Hasta el año 1.546, durante el Concilio de Trento, no se fijó el número definitivo del canon y qué libros lo componían. Digamos sólo que quedaron fijados en 73 libros. La Biblia es un enorme mosaico de 73 piezas muy distintas que, una vez encajadas y teniendo nosotros a Cristo como fondo, adquieren gran armonía y sentido. El Antiguo Testamento contiene 46 libros y 27 el Nuevo.
                                                   3. - Cuándo se escribieron
      Desde luego durante más de mil años. Y éste es otro dato importante para entender la Biblia. Los que hemos tenido la suerte de estrenar, hace unos años, el nuevo milenio, podemos entender esto un poco mejor. ¡Cuánto ha llovido en mil años! Mil años son muchos años. En mil años cambia todo.
      Además, muchos de sus libros no se redactaron en su forma actual. Antes hubo una tradición oral de siglos, después unos pequeños documentos en los que se escribía alguna intervención especial de Dios en favor de su pueblo. Incluso estos mismos relatos que se comenzaron a escribir, venían por distintos caminos o "fuentes". No era igual la tradición oral o escrita de la clase alta, culta, sacerdotal, que la que los padres menos cultivados contaban a sus hijos.
     Los primeros escritos parecen ser de la época de Salomón, casi mil años antes de Cristo, posiblemente en torno al Génesis, el primero de los libros. Pero tuvieron que pasar siglos hasta que un conjunto de documentos más o menos relacionados fuera agrupado en una sola obra por un autor, deseoso de unificar los temas religiosos y doctrinales.
Doscientos años después comienzan a escribir los profetas. Los libros van surgiendo poco a poco. Unos se incorporaron a los que ya se tomaban como inspirados por Dios y otros se retiraron (eran considerados Apócrifos).
     En el siglo VII (hacia el 625-630 antes de Cristo) se redactan los libros de Josué, Jueces, Samuel y Reyes. Y hasta el siglo IV antes de Cristo no se concluyen Malaquías, Joel, Salmos, Job, Jonás, Esdras y Nehemías.
    En el siglo III antes de Cristo se traduce al griego la Biblia. La traduce un grupo de setenta sabios, por los que se la conoce como "la Biblia de los setenta". Esta traducción se hizo muy famosa y la utilizaron mucho los evangelistas y San Pablo.
     Cuenta la leyenda que el rey Tolomeo Filadelfo quería tener en su famosa biblioteca de Alejandría el libro sagrado de los judíos traducido al griego.
72 sabios judíos fueron enviados desde Jerusalén para hacer la traducción. Tradujeron por separado y los 72 lo hicieron en 72 días, coincidiendo exactamente sus traducciones. El número se redondeó a 70, dando nombre a esa traducción (Biblia de Los SETENTA ó LXX, en números romanos). A esta leyenda se le dio mucha importancia queriendo significar que la traducción fue inspirada por Dios, origen de la coincidencia del texto.
El último libro escrito, de cuantos componen la Biblia, a juicio de la crítica actual, pudo ser el conocido como segunda carta de Pedro, escrita hacia el año 150, cuando ya se había recogido toda la doctrina proclamada por Jesús. ¿Y tantos años duró Pedro...? Ya hablaremos de esto.
                                         4. - Quién escribió la Biblia.
     Los libros que integran la Biblia, sobre todo los más antiguos, no son obra de un solo autor. Unos reflejan varias elaboraciones hechas en épocas diversas; otros son colecciones de diversos autores puestas bajo el patrocinio de un personaje de prestigio; en un mismo pasaje podemos encontrar repeticiones que rompen la continuidad del relato... La consecuencia es que el autor o los autores pierden importancia a favor del texto y de su contenido. Por ejemplo, el libro del profeta Isaías. Se sabe, por el estudio del texto, que se tardó unos 150 años en escribirse. Se trata de varios textos, recopilados bajo el nombre de un prestigioso personaje, que en el caso del libro profético se llamaba Isaías. O, si hemos dicho que la segunda carta de Pedro se escribió hacia el año 150, naturalmente el redactor final no pudo ser el apóstol Pedro, aunque el contenido, la inspiración, las ideas fueran de Pedro.
    Los autores se sienten siempre portadores de una tradición a la que hacen progresar. Es esta conciencia de pertenencia a una corriente de pensamiento, surgida en el interior de un pueblo del que ellos son miembros, la que imprime a la revelación un carácter dinámico y progresivo. Los libros se van haciendo sobre unos textos recibidos, hasta quedar como ya hoy nosotros los tenemos.
                                             5. - ¿En qué lengua se escribió la Biblia?
    En tres lenguas. El Antiguo Testamento en hebreo; en griego el Nuevo Testamento y los libros más recientes del Antiguo Testamento; y algunos trocitos de Esdras y de Daniel se escribieron en arameo. Estos textos arameos, además de escasos son insignificantes y de poco contenido doctrinal.
    Los primeros se escribieron en hebreo porque era la lengua madre del pueblo judío. Cuando Alejandro Magno conquistó la tierra judía (333 antes de Cristo), impuso su lengua, el griego, con lo que al cabo de algunas generaciones, acabó siendo la lengua oficial frente al hebreo (algunos nacionalistas radicales vieron esto tan mal que no reconocían a estos libros escritos en griego como inspirados por Dios).
    Mediante el lenguaje expresamos nuestro pensamiento. Como no conocemos estas lenguas y tenemos que recurrir a traducciones, ya hay una pérdida del pensamiento del autor, por muy bien que esté hecha la versión española. También es verdad que, a medida que van pasando los años y el conocimiento de aquellas culturas y lenguas es mayor, las traducciones que manejamos nos facilitan con más exactitud el pensamiento de quienes escribieron o recopilaron aquellos escritos.
   Un ejemplo de esta dificultad: el hebreo y el arameo no tenían vocales, sólo consonantes. Era el lector el que tenía que añadir las vocales, según el sentido que él daba a las palabras. Pensemos en nuestra lengua escrita: una coma o un acento pueden cambiar el sentido de lo escrito. Cuánto más si escribiéramos sin vocales.
    Tan difícil era que en el siglo VII, pero ya de nuestra era, unos sabios judíos colocaron unos puntitos encima y debajo de las consonantes del texto hebreo para suplir a las vocales. Estos sabios se llamaban masoretas, y el texto resultante se llamó texto masorético. (La palabra masora significa tradición. Estos masoretas eran muy amantes de la tradición y querían que se conservara la pronunciación antigua, que se estaba perdiendo).
    El griego en que se escribió el Nuevo Testamento no es el de los autores clásicos que conocemos, sino un griego popular, llano, común (a este griego lo llamaban Koiné, que significa eso: común, corriente, popular).
    Más tarde, a comienzos del siglo V, San Jerónimo tradujo la Biblia al latín, pero también a un latín sencillo, el que hablaba el pueblo, el "vulgar". Por eso a la Biblia traducida por San Jerónimo, se llama "Vulgata", que significa popular, sencilla, hecha para el pueblo.
                            6. - ¿En qué tipo de soporte se escribió el libro?
    Hace 25 ó 30 años cuando llevabas un libro a la imprenta para que te lo editaran, lo llevabas escrito en folios. El soporte era el papel. Y cuando lo ibas a comprar a la librería, lo mismo. Volvías a tu casa con un libro, formado por un conjunto de hojas de papel. Ya hoy las cosas son distintas. Hoy puedes comprar en varios soportes: papel, CD, PDF en la "nube"... Es decir, hoy hay soporte de papel, magnético o informático.
   ¿En qué soporte se escribió la Biblia? Hasta el siglo X después de Cristo no llegó el papel importado de China por los árabes. Por tanto, al no conocerse antes el papel, no se pudo utilizar ese cómodo soporte. Lo primero que se utilizó fue el papiro, ya utilizado por los egipcios 3.000 años antes de Cristo. El papiro es de origen vegetal. La caña y junco que crecen con abundancia en las orillas del río Nilo eran cortados en tiras que se entrelazaban y, después de pegadas, se prensaban fuertemente con lo que se obtenían las hojas de papiro sobre las que se escribía con tinta. Éstas se podían unir y colocando unos listones en los extremos se conseguía el rollo de papiro. Un material barato, pero malo. Todavía en países muy secos, como Egipto, menos mal. Pero en los lugares de clima húmedo no duraba nada. Con la humedad se descomponía y se rompía, con los lógicos quebraderos de cabeza para el que venía detrás y tenía que transcribir ese documento a otro papiro. Sobraban o faltaban pedacitos por todos lados. A veces, esos restos los colocaban donde podían, con el trastorno para el texto que os podéis imaginar.
    En Asia Menor, en la ciudad de Pérgamo, se descubrió otro soporte al que pusieron el nombre de la ciudad: "pergamino". Se hacía de pieles de animales, sobre todo cordero, bien curtidas. Caro pero bueno y, sobre todo, más duradero. Se utilizó mucho hasta la llegada del papel en el siglo X. Se escribía en rollos. Recordemos el pasaje de Lucas 4, 16-20: "Fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde está escrito...". Lo "desenrolló", porque estaba enrollado, era un rollo.
     El códice aparece a final del siglo I. Es más cómodo de manejar que el rollo. Se hacía doblando las hojas de papiro o pergamino y cosiéndola en forma de libro. Ni que decir tiene que el material era escaso, por lo costoso de su fabricación, y que incluso se utilizaba varias veces borrándose lo escrito con una especie de cuchilla. A éstos se les llama "palinseptos", palabra que significa "escritos de nuevo" (diríamos hoy, en papel reciclado).
                                        7. - La división interna de la Biblia
   La Biblia (cristiana) se divide en dos grandes bloques: Antiguo y Nuevo Testamento. Esto hace referencia a antes y después de Cristo. Lo de "testamento" necesita alguna aclaración. La palabra Testamento hace referencia a un documento escrito en el que una persona manifiesta ante notario su última voluntad. ¿Es este el sentido que le da la Biblia? No. Fue una palabra que se coló de rondón y ahí está.
   La Biblia no es un "testamento", sino la historia de una "alianza" entre Dios y el pueblo puesta por escrito a través de los siglos. Alianza es el pacto o compromiso entre esas dos partes (Dios y su pueblo). La palabra hebrea "alianza" (berít) fue traducida por los griegos por otra (diatheke), que los romanos interpretaron como "testamento" (testamentum), y lo hicieron mal. Su traducción correcta hubiera sido Antigua y Nueva Alianza. Es en la "Antigua Alianza", sellada en el monte Sinaí, cuando Dios le dio los mandamientos a Moisés para que el pueblo los cumpliera, comprometiéndose Él a guiar a su pueblo a través de la historia. Y la "Nueva Alianza" fue la sellada con la sangre de Cristo. ¿Qué libros contienen el Antiguo y el Nuevo Testamento?
     El Antiguo Testamento contiene 46 y el Nuevo 27. Esta pequeña biblioteca que forma el Antiguo Testamento no es una colección de escritos iguales, sino que ofrece una gran variedad de géneros literarios. Los estudiosos suelen dividir todo el Antiguo Testamento en tres bloques: el Pentateuco, los Escritos Proféticos y un tercer bloque muy variado, una especie de cajón de sastre que los judíos llamaban los Escritos (ketubim), a secas.
En biblias más antiguas se hace una división en cuatro bloques (Pentateuco, Históricos, Poético-Sapienciales y Proféticos).
     El Pentateuco, palabra griega que significa "cinco rollos", contiene cinco libros (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio). Los judíos los llaman la Torá y Jesús los llamó La ley de Moisés(Lucas 24, 44).
      Durante muchos años se pensó, aunque hoy se duda, que el Pentateuco recogía diversas tradiciones orales de Israel, coincidiendo en él cuatro documentos escritos en diversas épocas: el documento Yavista (J), que cita a Dios con el nombre de Yavé. Pudo ser redactado durante el reinado de Salomón o un poco después por unos escribas del reino de Judá. Otro documento origen sería el Elohista (E), que llama a Dios Elohim y tiene su origen en el reino del norte hacia el 750 antes de Cristo (200 años después del Yavista). Se fusionó con el anterior hacia el año 700 antes de Cristo en Jerusalén. Un tercer documento, comenzado en los años 690 antes de Cristo, reinando Ezequías, se llama Deuteronomista (D) por constituir el núcleo del Deuteronomio, aunque se descubrió en unas obras de reparación en el templo al año 622 antes de Cristo, reinando Josías en Judá (II Crónicas 334, 14-21. Se encontró en una Guenizá, que era la alacena donde se guardaban los libros que se retiraban por estar en mal estado de conservación. Estas guenizás se solían tapiar cuando había peligro de guerra). Y la cuarta tradición o fuente es la Sacerdotal (P), que surgió durante el destierro y se continuó después.
     La redacción final del Pentateuco habría que situarla en torno al año 400 antes de Cristo. La letra mayúscula que hemos puesto junto a cada documento es el nombre con que lo conocen los estudiosos de la materia.
Se llama la "Ley"no por ser un código legal, sino por tratarse de una instrucción... la voluntad de Dios fue dada a conocer a través de Moisés, pero no de un modo abstracto (general) en forma de preceptos absolutos, sino ligada a unos acontecimientos históricos. El Pentateuco no es sino una reflexión sobre el sentido de la historia presente a partir de un pasado en el que Dios se manifestó primero como Señor de la historia y luego como Señor del universo. El testimonio de esta manifestación está recogido en unos libros que se convierten en norma para el pueblo.
    Los Escritos Proféticos constituyen el segundo bloque. La Biblia hebrea incluye en esos, los libros que nosotros consideramos históricos, como Josué, Jueces, Samuel y Reyes, junto con los libros de los profetas. De este modo el Judaísmo muestra un concepto de historia que no se reduce al relato de los acontecimientos que tuvieron lugar en el pasado, sino a una revisión del mismo desde la Ley, es decir, desde la voluntad de Dios. Fue el espíritu profético el que convirtió la historia del pueblo en historia de salvación. Al interpretarla desde la voluntad de Dios, descubre en ella un designio divino que la abarca y le da sentido.
     Finalmente los "Escritos o ketubim". Una especie de cajón de sastre en el que tenemos de todo: poesía, como los Salmos o el Cantar de los Cantares; obras didácticas, que pretenden enseñar algo, como el libro de Job; sapienciales, como el de Proverbios o Eclesiastés, que algunas biblias llaman Qohelet. (El Qohelet era el predicador que dirigía la asamblea). Escritos históricos como los libros de las Crónicas; y textos pertenecientes al género apocalíptico.
    El Nuevo Testamento también lo dividimos en tres bloques: los libros narrativos (Evangelios y Hechos de los Apóstoles); el género de las cartas (escritos paulinos y las llamadas Cartas Católicas, es decir, las cartas de Santiago, Pedro, Juan y Judas). Y el llamado género apocalíptico (comprendería, sobre todo, el Apocalipsis y algunos otros trocitos de los evangelios y algunas cartas).
                                                8. - La división interna de los libros
   Durante muchos siglos, los libros estaban escritos de corrido, sin divisiones internas. Para facilitar la búsqueda dentro de la Biblia, un tal Esteban Langton dividió los libros en capítulos numerados. Esto fue en 1.226, y en 1.551 el impresor Robert Estienne dividió los capítulos en frases o versículos, que son los numeritos que hay en todas las biblias.
No es que las divisiones hayan resultado un acierto total, pero como todas las biblias han adoptado el mismo método, resulta muy práctico para localizar cualquier pensamiento de la Biblia.
   Lo primero que se cita es el libro: Mateo, Jeremías, 1 Macabeos, o el que sea. A veces viene en abreviatura.La lista de abreviaturasestán al comienzo de la Biblia (en nuestro ejemplo sería Mt, Jr y 1 Mac).
   A continuación la cifra que indica el capítulo. Por ejemplo Mateo 8 (Mt 8).
Sigue coma y número del versículo. Por ejemplo, Mateo 8, 15 (Mt 8, 15). Si queremos citar varios capítulos o versículos seguidos, usamos un guión. Por ejemplo, Mateo 5-8 (nos estamos refiriendo a cuatro capítulos del evangelio de San Mateo, el 5, 6, 7 y 8). Y si lo que queremos unir son versículos, igual. Por ejemplo, Mateo 5, 8-11 (nos estamos refiriendo a cuatro versículos -8, 9, 10 y 11- del capítulo 5 de San Mateo). Así como el guión une, el punto y coma (;) separa. Por ejemplo, Mateo 2; 5 (ahora sólo nos referimos a los capítulos 2 y 5, excluyendo el 3 y el 4). El punto solo (.) separa dos versículos diferentes del mismo capítulo. Por ejemplo, Mateo 5, 3.8.12 (nos referimos sólo a los versículos 3, 8 y 12 de ese capítulo 5 de San Mateo).
   Cuando se añade una s o dos ss, se está indicando que no sólo es ese capítulo o versículo que se cita, sino también el siguiente o los siguientes. A veces también puede pasar que un versículo sea muy largo y esté dividido en partes. La cita pondrá algo así: Génesis 2, 4a (también Gn 2, 4a).
    Como el libro en sí entraña tantas dificultades para su entendimiento, es necesario hacer un esfuerzo para acercarse a él, para salvar la distancia cultural que nos separa. Hoy ha sido sólo hacernos de esa postal mental que nos permita ir adentrándonos en él sin perdernos. Poco a poco, paso a paso seguiremos profundizando. No nos cansemos: bien vale la pena un pequeño esfuerzo.
                 
  PROPUESTA DE TRABAJO:
Lecturas: Nehemías 8 - Isaías 55 - Mateo 13, 1-9.18-23
Preguntas: 1ª. La lectura de la cita de Nehemías ¿se parece en algo a nuestras misas dominicales?
2ª. ¿Has comprobado en tu vida la eficacia de la Palabra, tal como la muestra la lectura de Isaías?
3ª. La parábola del evangelio trae un mensaje claro sobre la respuesta a la predicación ¿cómo lo entiendes?

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